lunes, 4 de abril de 2011

Reportaje: Venenos naturales

Aprender de la biodiversidad local

Venezuela es rica en venenos naturales

A pesar de ser uno de los países con más especies de animales liberadores de toxinas, los ciudadanos desconocen cómo tratarlos y tampoco saben los pasos a seguir en caso de que ocurra un accidente

NELIDA FERNANDEZ ALONZO

La víbora de cascabel muerde a su presa y le inyecta una sustancia tóxica. La víctima siente un dolor intenso, que avanza. Sus párpados caen, las pupilas se dispersan, la vista se nubla y se va. Hay parálisis de cuello, de lengua, la respiración se hace difícil y el deterioro de la zona afectada se nota cada vez más.

Cuando la presa es un ser humano, el área que ha recibido la mordedura suele ser un brazo o una pierna y esto significa que hay un miembro que corre el riesgo de perderse por efecto del veneno. En Venezuela, país rico en especies ofídicas, aún prevalecen los mitos acerca de lo que se debe hacer con una persona que sufre una inyección de veneno. “Les hacen torniquetes, le cortan el pedazo de piel, le ponen hielo y hasta corriente”, cuenta Geraldine Gerrero, docente de la cátedra de Toxicología Forense de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela quien además de trabajar en la institución donde se elabora el suero antiofídico, ofrece cursos para instruir a los ciudadanos interesados en aprender a evitar los accidentes con estos reptiles.

Tesoros vivientes

Es común que al encontrar de frente a una culebra la persona entre en pánico y corra a buscar a alguien que mate al animal. “Serpiente buena, serpiente muerta”, reza un dicho popular que es retomado por Guerrero para aclarar que esta es la actitud equivocada. Resulta que los venenos son un coctel de elementos valiosísimos para la elaboración de medicamentos, además de necesario para elaborar el mismo antiveneno.

“El veneno en realidad es un coctel de proteínas y nosotros averiguamos qué tiene ese preparado, vamos separando y viendo las actividades biológicas que tiene, que son miles. Por ejemplo, sabemos que posee cualidades hipertensivas, anticoagulantes y también coagulantes. Posee neurotoxinas que pueden ayudar a diseñar fármacos para el sistema nervioso y muchísimas cualidades más”, dice Luis Fernando Navarrete, herpetólogo del Instituto de Medicina Tropical de la UCV y parte de la cooperativa Biorreptilia, una institución que forma parte de la Red Nacional de Antivenenos adscrita al Ministerio de Ciencia y Tecnología y que se encarga, además, del terrárium del Zoológico de Las Delicias, en Maracay.

“En Medicina Tropical se estudian los venenos, las toxinas y el doctor Alexis Rodríguez, jefe del departamento, es una de las personas que más ha trabajado con estas sustancias en el país y quien más tiene publicaciones. Se produce muchísima investigación científica”, señala Navarrete y agrega que la Red, por su parte, se encarga de colectar los animales, mantenerlos, extraer el veneno y deshidratarlo. “En el futuro serán más vidas las que salvará el veneno de las serpientes, que las muertes o accidentes que causará”.

El herpetólogo, al que ya le han suministrado suero antiofídico o antivenina en cinco oportunidades, dice que “las culebras atacan solo por defensa, no por agredir. A veces embisten porque han sido muy manipuladas y se molestan pero, incluso en estos casos, pueden hacer solo una mordida de advertencia en la que no inyectan veneno.

Vecinos de cuidado

La población crece. Se requieren alimentos. Hay que sembrar y ocupar terrenos que eran casi vírgenes, esos que han sido ocupados naturalmente por serpientes, chipos y mosquitos, entre otros animales que pueden representar un peligro para la salud del ser humano. Los tropiezos con ofidios e insectos se hacen cada vez más frecuentes. “Con Biorreptilia también hacemos un trabajo de educación e información en las comunidades en las que estos encuentros son habituales y les ofrecemos las medidas profilácticas para evitar accidentes con culebras y escorpiones”, señala Evelin Villarreal asesora del Ministerio de Ambiente en la parte educativa y parte de Biorreptilia.

Por ser parte de la Red Nacional de Antivenenos, Navarrete y Villarreal procuran colectar serpientes de todos los estados del país y de esta forma poder elaborar los antídotos “regionalizados” pues el veneno presenta diferencias según el área geográfica. Este grupo, al que también pertenece el IVIC, las universidades de Oriente y Central de Venezuela además del Instituto de Estudios Avanzados, Idea; nace con el fin de elaborar mayor cantidad de antivenina con nueva y mejor tecnología.

Así pues, los animales que generalmente colectan los representantes de la Red pertenecen a las tres especies de serpientes venenosas que protagonizan la mayoría de los accidentes con humanos: mapanares, cascabeles y corales de los géneros Bothrops, Crotalus y Micrurus, respectivamente.

“La más agresiva es la mapanare. Los reportes de mordeduras en Venezuela están encabezados por la mapanare, seguido por la cascabel, que avisa y parece decir ‘si te acercas te muerdo’. La última en peligrosidad es la coral, siendo la más venenosa”, explica Navarrete y aclara que las Crotalus, suelen vivir cerca de las personas porque ellas comen ratones y los roedores están siempre cerca de los hogares de los humanos.

El especialista de la herpetología habla de la que, aunque es tiene apariencia de inofensiva, guarda un temible secreto dentro de sus glándulas. “La coral es un ofidio pequeño, muy poco agresivo y para muerda a un individuo hay que agarrarla, manipularla. Tiene colores llamativos y lo lógico es que la persona la vea. Es un animal muy raro, pero el nivel de toxicidad de su veneno es brutal, altísimo, el más potente de Venezuela. El antiveneno para esta mordedura no se produce aquí y generalmente se importa de Costa Rica”. La farmacéutica Geraldine Guerrero dice que los accidentes con Bothrops representan el 80%; con Crotalus, 15 a 20% y con Micrurus cerca de 0,5%.

Luis Alejandro Rodríguez es el creador y administrador de la página www.serpientesdevenezuela.com , un sitio que existe desde 2003 y que se ocupa de informar acerca los ofidios que existen en el país y lo que se debe hacer al toparse con uno de estos reptiles. “Me preocupa el grado de desinformación que tiene el público en general acerca de este tema. Quiero decirle a la gente que las culebras no están aquí para dañarlos o perjudicarlos, por el contrario, estos son animales que controlan las plagas y proporcionan un equilibrio en el ecosistema”.

Rodríguez es fotógrafo de fauna silvestre y aunque nunca ha tenido un accidente con ofidios está claro en que no existe garantía absoluta de que esto no pueda pasar. No obstante, ofrece algunas recomendaciones para que el ciudadano común se mantenga alerta: “No levante piedras en fincas o donde normalmente es el hábitat de la serpiente. No camine descalzo cerca de sitios donde puedan estar. Al topárselas, deje que el animal siga, porque en ningún momento gastará energías con nosotros ni buscará atacarnos”.

La cuaima. Clase aparte

Así le dicen peyorativamente a las mujeres venezolanas cuando quieren calificarlas de peleonas, celosas y controladoras. Pues bien, resulta que la “Cuaima Piña” (Lachesis Muta) es una serpiente que se consigue al suroriente del país que puede llegar a medir hasta tres metros de longitud. Los colmillos son igualmente inmensos y son capaces de inyectar mucha cantidad de veneno. “Se dice que su mordida es de cascabel, mapanare y perro al mismo tiempo porque te puede desgarrar el músculo por la fuerza que tiene al atacar”, dice Luis Alejandro Rodríguez de serpientesdevenezuela.com.

Juan López-Johnston, especialista en toxinas de venenos de ofidios e investigador de la Facultad de Farmacia de la UCV escribe en la Guía de las Serpientes de Venezuela que la cuaima tiene una “conducta engañosa” pues se muestra como un animal apacible y con movimientos lentos y pesados, mientras que la farmacéutica Geraldine Guerrero suaviza la imagen del reptil al agregar: “no tenemos que sentirnos mal si nos comparan con esta culebra porque es el espécimen más bello de todos”.

Remedio medicado

En Venezuela se produce un antiveneno polivalente o, como se conoce popularmente, suero antiofídico que, de acuerdo con los especialistas, es de muy buena calidad. Sirve para los envenenamientos que tienen más incidencia en el país (mapanare y cascabel) No obstante, es conveniente saber que las serpientes no siempre inoculan veneno cuando muerden y sería lamentable suministrar el antídoto sin necesidad. En casos contados se han visto choques anafilácticos tras la colocación del remedio y, cuando se coloca con mucha frecuencia “la enfermedad del suero”, como la que padeció el herpetólogo Luis Fernando Navarrete.

Por otra parte, este suero, aunque es suministrado gratuitamente en los centros asistenciales, tiene un costo por equipo de 365 bolívares y generalmente se requieren unos cuatro kits que contienen, a su vez, cinco ampollas de 10 mililitros. “Hay personas que los compran porque van al Roraima o de excursión, pero lo correcto es que el antiveneno sea aplicado por médicos”.

En cuanto a la coral, Guerrero dice que el laboratorio de investigaciones de la Facultad de Farmacia trabaja actualmente en la inoculación de caballos para producir el antídoto en el país y así no tener que recurrir a la importación del antiveneno a Costa Rica, donde se elabora con toxinas diferentes a las que producen nuestros propios animales, lo que lo hace menos específico. Normalmente estos pacientes mordidos por esta pequeña pero respetable serpiente van a dar a una unidad de cuidados intensivos y las máquinas respirarán por ellos hasta que pase el efecto del veneno, “no van a morir por no tener el suero, aunque lo ideal es tenerlo”.

CURSOS

Entender a los ofidios

- Biorreptilia: dicta talleres en el Terrario del zoológico de Maracay y también se trasladan al sitio que solicite el taller.

- Luis Alejandro Rodríguez y Geraldine Guerrero ofrecen cursos dirigidos a cualquier persona interesada en conocer acerca del trato a las serpientes, prevención y cuidados ante una mordida. Han instruido mayormente a bomberos, veterinarios, personas que tienen reptiles en su casa y estudiantes de biología, pero en realidad no hay ninguna limitante.

- Los estudiantes de 4to año de Farmacia de la UCV cumplen un servicio comunitario haciendo un trabajo sobre mitos y realidades de serpientes y escorpiones. Van a los planteles educativos y los niños se convierten en multiplicadores de información.

RECUADRO

La farmacéutica Geraldine Guerrero recomienda:

Una vez que se produce la mordedura:

- 1- No perder la calma para poder asistir al paciente.

- 2- Trasladar a ese paciente lo más pronto posible, sin hacer paradas innecesarias, al centro asistencial.

- 3- Lavar la herida con agua y jabón. Si el paciente no es alérgico se puede lavar con un jabón yodado. Y si no hay jabón, agua simplemente.

- 4- En el traslado hacia el hospital, el paciente debe ir acostado, porque si camina y si se moviliza, se facilita la distribución del veneno en el cuerpo.

- 5- Dejar que la herida sangre.

- 6- Tratar, en lo posible, de identificar la especie que mordió a la persona. Si hay alguien que pueda manipular a la serpiente, trasladarla al centro asistencial. En caso contrario verificar si esa culebra tenía maraca o si era de color rojo, eso orientará al médico a la hora de abordar terapéuticamente a ese paciente.

Lo que no se debe hacer

- No hacer torniquetes. Este tipo de acción priva al miembro afectado de circulación y, si la serpiente involucrada era una mapanare, su veneno iniciará el proceso de digestión para el cual fue producido y empieza a haber necrosis y destrucción del tejido. En ese caso, posiblemente, ese miembro sea amputado.

- No succionar la herida. No hay posibilidad de sacar el veneno de esta forma. Además, al chupar la zona se puede generar un moretón y el médico no podrá ver el tamaño de las improntas, no puede ver bien el acceso de la inoculación. Puede propiciar una infección. (Y si la otra persona tiene llagas en la boca o una rotura, se puede envenenar también). Además el tipo de dentición de estas serpientes impide que este tipo de acción tenga efecto, porque los dientes son curvos y van hacia atrás.

- No hacer cortes en el sitio de la mordedura. Generalmente esas incisiones se hacen con cualquier navaja de bolsillo y no sirven de nada pues el veneno posee una enzima que le abre camino dentro del tejido y no puede ser extraída por ningún mecanismo directo.

- No aplicar hielo. Esto hace que la circulación se vea disminuida y el veneno se concentren en un solo sitio causando más daño.

- No darles comida, alcohol ni ningún tipo de drogas o medicamentos. Aunque duele mucho, no se deben dar fármacos al paciente pues el médico puede confundir los efectos del veneno con los causados la medicina, lo mismo pasa con el licor.

- No se deben hacer descargas eléctricas porque piensan que esto puede neutralizar el veneno.

Al encontrar la serpiente de cerca:

- No tratar de agarrarlas con las manos. Llamar a los bomberos o a alguien que verdaderamente sepa de serpientes.

- Nunca meterlas en un saco o funda.

Información:

- Bioreptilia. Centro de Educación, Investigación y Conservación. Recibe fondos de empresas a través de la Locti (Ley Orgánica de Ciencia Tecnología e Innovación. Teléfonos: 0414-1620782 / 0426-5366666 / Correo: bioreptilia@gmail.com

- Farmacéutica Geraldine Guerrero. Teléfonos: 0412-2363693 / 0416-4727300 / Correo: geraldineguerrero@gmail.com / Twitter: @geralguerrero

- www.serpientesdevenezuela.com

Centros de atención de emergencia toxicológica

Gran Caracas

- Hospital de Coche. Servicio de Toxicología. Teléfonos: (0212) 6811515 / 1717 / 1133

- Centro de Biotecnología (Elaboración de suero antiofidico) Teléfonos: (0212) 6052704

- Centro de Información y Atención Toxicológica. (Atención al público) Teléfonos: (0212) 6052686.

- Hospital Victorino Santaella. Servicio de Toxicología (Los Teques)

Estado Vargas

- Hospital Naval “Dr. Raul Perdomo Hurtado”. Servicio de Toxicologia. Teléfonos: (0212) 3504090

Estado Aragua

- Corposalud. (0243) 2421225 / 0637

Estado Carabobo

- Centro de Asesoramiento Toxicológico (CATOX) Servicio de Toxicología.

Estado Guárico

- Hospital Central de San Juan de los Morros. Servicio de emergencia. Teléfono: (0246) 4312421

Estado Apure

- Hospital General de San Fernando de Apure. Servicio de Toxicología. Teléfono: (0247) 3413489

Estado Barinas

- Hospital Francisco Lazo Martí. Servicio de Toxicología. Teléfono: (0273) 9210069 / 0242

Estado Lara

- Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga. Centro Toxicológico de Barquisimeto. (0251) 7181260

Estado Zulia

- Hospital Chiquinquirá. Servicio de Toxicología. Teléfono: (0261) 7238410

Estado Falcón

- Dirección Regional de Salud. Teléfono: (0268) 2510245

Estado Mérida

- Hospital Universitario de Los Andes. Universidad de Los Andes, servicio de Toxicología. Teléfono: (0274) 2638595

Estado Anzoátegui

- Centro de Información y Asesoramiento de Medicamentos Tóxicos de Oriente. Teléfono: (0281) 2753265

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